1/14/2015

Dia 14.- Genesis 41 al 44 -- "El Sueño de Faraon y el Ascenso de Jose"



...

José interpreta el sueño de Faraón

Gén 41:1  Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba junto al río;

Gén 41:2  y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado.

Gén 41:3  Y que tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río;

Gén 41:4  y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón.

Gén 41:5  Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña,

Gén 41:6  y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano;

Gén 41:7  y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño.


Gén 41:8  Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios; y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien los pudiese interpretar a Faraón.

Gén 41:9  Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Me acuerdo hoy de mis faltas.

Gén 41:10  Cuando Faraón se enojó contra sus siervos, nos echó a la prisión de la casa del capitán de la guardia a mí y al jefe de los panaderos.

Gén 41:11  Y él y yo tuvimos un sueño en la misma noche, y cada sueño tenía su propio significado.

Gén 41:12  Estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del capitán de la guardia; y se lo contamos, y él nos interpretó nuestros sueños, y declaró a cada uno conforme a su sueño.

Gén 41:13  Y aconteció que como él nos los interpretó, así fue: yo fui restablecido en mi puesto, y el otro fue colgado.

Gén 41:14  Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón.

Gén 41:15  Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos.

Gén 41:16  Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón.

Gén 41:17  Entonces Faraón dijo a José: En mi sueño me parecía que estaba a la orilla del río;

Gén 41:18  y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia, que pacían en el prado.

Gén 41:19  Y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy feo aspecto; tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en fealdad en toda la tierra de Egipto.

Gén 41:20  Y las vacas flacas y feas devoraban a las siete primeras vacas gordas;

Gén 41:21  y éstas entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiesen entrado, porque la apariencia de las flacas era aún mala, como al principio. Y yo desperté.

Gén 41:22  Vi también soñando, que siete espigas crecían en una misma caña, llenas y hermosas.

Gén 41:23  Y que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del viento solano, crecían después de ellas;

Gén 41:24  y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas; y lo he dicho a los magos, mas no hay quien me lo interprete.

Gén 41:25  Entonces respondió José a Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo; Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer.

Gén 41:26  Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo.

Gén 41:27  También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años serán de hambre.

Gén 41:28  Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón.

Gén 41:29  He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto.

Gén 41:30  Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra.

Gén 41:31  Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre siguiente la cual será gravísima.

Gén 41:32  Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla.

Gén 41:33  Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.

Gén 41:34  Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia.

Gén 41:35  Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.

Gén 41:36  Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre.


José, gobernador de Egipto

Gén 41:37  El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos,

Gén 41:38  y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?

Gén 41:39  Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.

Gén 41:40  Tú estarás sobre mi casa,(A) y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.

Gén 41:41  Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.

Gén 41:42  Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;

Gén 41:43  y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: !!Doblad la rodilla!;[a] y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.

Gén 41:44  Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.

Gén 41:45  Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.

Gén 41:46  Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto.

Gén 41:47  En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones.

Gén 41:48  Y él reunió todo el alimento de los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó alimento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el alimento del campo de sus alrededores.

Gén 41:49  Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número.

Gén 41:50  Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera sacerdote de On.

Gén 41:51  Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés;[b] porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre.

Gén 41:52  Y llamó el nombre del segundo, Efraín;[c] porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.

Gén 41:53  Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto.

Gén 41:54  Y comenzaron a venir los siete años del hambre,(B) como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan.

Gén 41:55  Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan. Y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere.(C)

Gén 41:56  Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto.

Gén 41:57  Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre.


Los hermanos de José vienen por alimentos

Gén 42:1  Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando?

Gén 42:2  Y dijo: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto; descended allá, y comprad de allí para nosotros, para que podamos vivir, y no muramos.(A)

Gén 42:3  Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en Egipto.

Gén 42:4  Mas Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, con sus hermanos; porque dijo: No sea que le acontezca algún desastre.

Gén 42:5  Vinieron los hijos de Israel a comprar entre los que venían; porque había hambre en la tierra de Canaán.

Gén 42:6  Y José era el señor de la tierra, quien le vendía a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él rostro a tierra.

Gén 42:7  Y José, cuando vio a sus hermanos, los conoció; mas hizo como que no los conocía, y les habló ásperamente, y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán, para comprar alimentos.

Gén 42:8  José, pues, conoció a sus hermanos; pero ellos no le conocieron.

Gén 42:9  Entonces se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos,(B) y les dijo: Espías sois; por ver lo descubierto del país habéis venido.

Gén 42:10  Ellos le respondieron: No, señor nuestro, sino que tus siervos han venido a comprar alimentos.

Gén 42:11  Todos nosotros somos hijos de un varón; somos hombres honrados; tus siervos nunca fueron espías.

Gén 42:12  Pero José les dijo: No; para ver lo descubierto del país habéis venido.

Gén 42:13  Y ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y otro no parece.

Gén 42:14  Y José les dijo: Eso es lo que os he dicho, afirmando que sois espías.

Gén 42:15  En esto seréis probados: Vive Faraón, que no saldréis de aquí, sino cuando vuestro hermano menor viniere aquí.

Gén 42:16  Enviad a uno de vosotros y traiga a vuestro hermano, y vosotros quedad presos, y vuestras palabras serán probadas, si hay verdad en vosotros; y si no, vive Faraón, que sois espías.

Gén 42:17  Entonces los puso juntos en la cárcel por tres días.

Gén 42:18  Y al tercer día les dijo José: Haced esto, y vivid: Yo temo a Dios.

Gén 42:19  Si sois hombres honrados, quede preso en la casa de vuestra cárcel uno de vuestros hermanos, y vosotros id y llevad el alimento para el hambre de vuestra casa.

Gén 42:20  Pero traeréis a vuestro hermano menor, y serán verificadas vuestras palabras, y no moriréis. Y ellos lo hicieron así.

Gén 42:21  Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.

Gén 42:22  Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el joven,(C) y no escuchasteis? He aquí también se nos demanda su sangre.

Gén 42:23  Pero ellos no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos.

Gén 42:24  Y se apartó José de ellos, y lloró; después volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón, y lo aprisionó a vista de ellos.

Gén 42:25  Después mandó José que llenaran sus sacos de trigo, y devolviesen el dinero de cada uno de ellos, poniéndolo en su saco, y les diesen comida para el camino; y así se hizo con ellos.

Gén 42:26  Y ellos pusieron su trigo sobre sus asnos, y se fueron de allí.

Gén 42:27  Pero abriendo uno de ellos su saco para dar de comer a su asno en el mesón, vio su dinero que estaba en la boca de su costal.

Gén 42:28  Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y helo aquí en mi saco. Entonces se les sobresaltó el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?

Gén 42:29  Y venidos a Jacob su padre en tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había acontecido, diciendo:

Gén 42:30  Aquel varón, el señor de la tierra, nos habló ásperamente, y nos trató como a espías de la tierra.

Gén 42:31  Y nosotros le dijimos: Somos hombres honrados, nunca fuimos espías.

Gén 42:32  Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno no parece, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán.

Gén 42:33  Entonces aquel varón, el señor de la tierra, nos dijo: En esto conoceré que sois hombres honrados: dejad conmigo uno de vuestros hermanos, y tomad para el hambre de vuestras casas, y andad,

Gén 42:34  y traedme a vuestro hermano el menor, para que yo sepa que no sois espías, sino hombres honrados; así os daré a vuestro hermano, y negociaréis en la tierra.

Gén 42:35  Y aconteció que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en el saco de cada uno estaba el atado de su dinero; y viendo ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron temor.

Gén 42:36  Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; contra mí son todas estas cosas.

Gén 42:37  Y Rubén habló a su padre, diciendo: Harás morir a mis dos hijos, si no te lo devuelvo; entrégalo en mi mano, que yo lo devolveré a ti.

Gén 42:38  Y él dijo: No descenderá mi hijo con vosotros, pues su hermano ha muerto, y él solo ha quedado; y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol.


Los hermanos de José regresan con Benjamín

Gén 43:1  El hambre era grande en la tierra;

Gén 43:2  y aconteció que cuando acabaron de comer el trigo que trajeron de Egipto, les dijo su padre: Volved, y comprad para nosotros un poco de alimento.

Gén 43:3  Respondió Judá, diciendo: Aquel varón nos protestó con ánimo resuelto, diciendo: No veréis mi rostro si no traéis a vuestro hermano con vosotros.

Gén 43:4  Si enviares a nuestro hermano con nosotros, descenderemos y te compraremos alimento.

Gén 43:5  Pero si no le enviares, no descenderemos; porque aquel varón nos dijo: No veréis mi rostro si no traéis a vuestro hermano con vosotros.

Gén 43:6  Dijo entonces Israel: ¿Por qué me hicisteis tanto mal, declarando al varón que teníais otro hermano?

Gén 43:7  Y ellos respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por nuestra familia, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis otro hermano? Y le declaramos conforme a estas palabras. ¿Acaso podíamos saber que él nos diría: Haced venir a vuestro hermano?

Gén 43:8  Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños.

Gén 43:9  Yo te respondo por él; a mí me pedirás cuenta. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de ti, seré para ti el culpable para siempre;

Gén 43:10  pues si no nos hubiéramos detenido, ciertamente hubiéramos ya vuelto dos veces.

Gén 43:11  Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras.

Gén 43:12  Y tomad en vuestras manos doble cantidad de dinero, y llevad en vuestra mano el dinero vuelto en las bocas de vuestros costales; quizá fue equivocación.

Gén 43:13  Tomad también a vuestro hermano, y levantaos, y volved a aquel varón.

Gén 43:14  Y el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo.

Gén 43:15  Entonces tomaron aquellos varones el presente, y tomaron en su mano doble cantidad de dinero, y a Benjamín; y se levantaron y descendieron a Egipto, y se presentaron delante de José.

Gén 43:16  Y vio José a Benjamín con ellos, y dijo al mayordomo de su casa: Lleva a casa a esos hombres, y deg:uella una res y prepárala, pues estos hombres comerán conmigo al mediodía.

Gén 43:17  E hizo el hombre como José dijo, y llevó a los hombres a casa de José.

Gén 43:18  Entonces aquellos hombres tuvieron temor, cuando fueron llevados a casa de José, y decían: Por el dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez nos han traído aquí, para tendernos lazo, y atacarnos, y tomarnos por siervos a nosotros, y a nuestros asnos.

Gén 43:19  Y se acercaron al mayordomo de la casa de José, y le hablaron a la entrada de la casa.

Gén 43:20  Y dijeron: Ay, señor nuestro, nosotros en realidad de verdad descendimos al principio a comprar alimentos.

Gén 43:21  Y aconteció que cuando llegamos al mesón y abrimos nuestros costales, he aquí el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, nuestro dinero en su justo peso; y lo hemos vuelto a traer con nosotros.

Gén 43:22  Hemos también traído en nuestras manos otro dinero para comprar alimentos; nosotros no sabemos quién haya puesto nuestro dinero en nuestros costales.

Gén 43:23  El les respondió: Paz a vosotros, no temáis; vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os dio el tesoro en vuestros costales; yo recibí vuestro dinero. Y sacó a Simeón a ellos.

Gén 43:24  Y llevó aquel varón a los hombres a casa de José; y les dio agua, y lavaron sus pies, y dio de comer a sus asnos.

Gén 43:25  Y ellos prepararon el presente entretanto que venía José a mediodía, porque habían oído que allí habrían de comer pan.

Gén 43:26  Y vino José a casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de la casa, y se inclinaron ante él hasta la tierra.

Gén 43:27  Entonces les preguntó José cómo estaban, y dijo: ¿Vuestro padre, el anciano que dijisteis, lo pasa bien? ¿Vive todavía?

Gén 43:28  Y ellos respondieron: Bien va a tu siervo nuestro padre; aún vive. Y se inclinaron, e hicieron reverencia.

Gén 43:29  Y alzando José sus ojos vio a Benjamín su hermano, hijo de su madre, y dijo: ¿Es éste vuestro hermano menor, de quien me hablasteis? Y dijo: Dios tenga misericordia de ti, hijo mío.

Gén 43:30  Entonces José se apresuró, porque se conmovieron sus entrañas a causa de su hermano, y buscó dónde llorar; y entró en su cámara, y lloró allí.

Gén 43:31  Y lavó su rostro y salió, y se contuvo, y dijo: Poned pan.

Gén 43:32  Y pusieron para él aparte, y separadamente para ellos, y aparte para los egipcios que con él comían; porque los egipcios no pueden comer pan con los hebreos, lo cual es abominación a los egipcios.

Gén 43:33  Y se sentaron delante de él, el mayor conforme a su primogenitura, y el menor conforme a su menor edad; y estaban aquellos hombres atónitos mirándose el uno al otro.

Gén 43:34  Y José tomó viandas de delante de sí para ellos; mas la porción de Benjamín era cinco veces mayor que cualquiera de las de ellos. Y bebieron, y se alegraron con él.


La copa de José

Gén 44:1  Mandó José al mayordomo de su casa, diciendo: Llena de alimento los costales de estos varones, cuanto puedan llevar, y pon el dinero de cada uno en la boca de su costal.

Gén 44:2  Y pondrás mi copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor, con el dinero de su trigo. Y él hizo como dijo José.

Gén 44:3  Venida la mañana, los hombres fueron despedidos con sus asnos.

Gén 44:4  Habiendo ellos salido de la ciudad, de la que aún no se habían alejado, dijo José a su mayordomo: Levántate y sigue a esos hombres; y cuando los alcances, diles: ¿Por qué habéis vuelto mal por bien? ¿Por qué habéis robado mi copa de plata?

Gén 44:5  ¿No es ésta en la que bebe mi señor, y por la que suele adivinar? Habéis hecho mal en lo que hicisteis.

Gén 44:6  Cuando él los alcanzó, les dijo estas palabras.

Gén 44:7  Y ellos le respondieron: ¿Por qué dice nuestro señor tales cosas? Nunca tal hagan tus siervos.

Gén 44:8  He aquí, el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales, te lo volvimos a traer desde la tierra de Canaán; ¿cómo, pues, habíamos de hurtar de casa de tu señor plata ni oro?

Gén 44:9  Aquel de tus siervos en quien fuere hallada la copa, que muera, y aun nosotros seremos siervos de mi señor.

Gén 44:10  Y él dijo: También ahora sea conforme a vuestras palabras; aquel en quien se hallare será mi siervo, y vosotros seréis sin culpa.

Gén 44:11  Ellos entonces se dieron prisa, y derribando cada uno su costal en tierra, abrió cada cual el costal suyo.

Gén 44:12  Y buscó; desde el mayor comenzó, y acabó en el menor; y la copa fue hallada en el costal de Benjamín.

Gén 44:13  Entonces ellos rasgaron sus vestidos, y cargó cada uno su asno y volvieron a la ciudad.

Gén 44:14  Vino Judá con sus hermanos a casa de José, que aún estaba allí, y se postraron delante de él en tierra.

Gén 44:15  Y les dijo José: ¿Qué acción es esta que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo sabe adivinar?

Gén 44:16  Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos, o con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos; he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquel en cuyo poder fue hallada la copa.

Gén 44:17  José respondió: Nunca yo tal haga. El varón en cuyo poder fue hallada la copa, él será mi siervo; vosotros id en paz a vuestro padre.


Judá intercede por Benjamín

Gén 44:18  Entonces Judá se acercó a él, y dijo: Ay, señor mío, te ruego que permitas que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues tú eres como Faraón.

Gén 44:19  Mi señor preguntó a sus siervos, diciendo: ¿Tenéis padre o hermano?

Gén 44:20  Y nosotros respondimos a mi señor: Tenemos un padre anciano, y un hermano joven, pequeño aún, que le nació en su vejez; y un hermano suyo murió, y él solo quedó de los hijos de su madre; y su padre lo ama.

Gén 44:21  Y tú dijiste a tus siervos: Traédmelo, y pondré mis ojos sobre él.

Gén 44:22  Y nosotros dijimos a mi señor: El joven no puede dejar a su padre, porque si lo dejare, su padre morirá.

Gén 44:23  Y dijiste a tus siervos: Si vuestro hermano menor no desciende con vosotros, no veréis más mi rostro.

Gén 44:24  Aconteció, pues, que cuando llegamos a mi padre tu siervo, le contamos las palabras de mi señor.

Gén 44:25  Y dijo nuestro padre: Volved a comprarnos un poco de alimento.

Gén 44:26  Y nosotros respondimos: No podemos ir; si nuestro hermano va con nosotros, iremos; porque no podremos ver el rostro del varón, si no está con nosotros nuestro hermano el menor.

Gén 44:27  Entonces tu siervo mi padre nos dijo: Vosotros sabéis que dos hijos me dio a luz mi mujer;

Gén 44:28  y el uno salió de mi presencia, y pienso de cierto que fue despedazado, y hasta ahora no lo he visto.

Gén 44:29  Y si tomáis también a éste de delante de mí, y le acontece algún desastre, haréis descender mis canas con dolor al Seol.

Gén 44:30  Ahora, pues, cuando vuelva yo a tu siervo mi padre, si el joven no va conmigo, como su vida está ligada a la vida de él,

Gén 44:31  sucederá que cuando no vea al joven, morirá; y tus siervos harán descender las canas de tu siervo nuestro padre con dolor al Seol.

Gén 44:32  Como tu siervo salió por fiador del joven con mi padre, diciendo: Si no te lo vuelvo a traer, entonces yo seré culpable ante mi padre para siempre;

Gén 44:33  te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos.

Gén 44:34  Porque ¿cómo volveré yo a mi padre sin el joven? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá a mi padre.

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